Más de 5 millones de vacas en riesgo por crecida del río Paraná
La Sociedad Rural Argentina (SRA) ha alertado sobre el peligro que enfrentan diversas regiones de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Buenos Aires y Santa Fe. ¿Qué medidas se tomarán para enfrentar esta amenaza?
Tl;dr
El desafío de la ganadería frente a las inundaciones
La reciente ola de precipitaciones en el litoral del país ha desatado una crisis en la industria ganadera. Los productores se ven obligados a realizar movimientos masivos de ganado para rescatar a sus animales de las crecientes aguas del río Paraná.
Un impacto potencialmente devastador
Según el Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales (IEEyNI) de la Sociedad Rural Argentina (SRA), la situación podría afectar a más de 5 millones de cabezas de ganado en las provincias de Entre Ríos, Corrientes, Misiones, Chaco, Buenos Aires y Santa Fe. En particular, la costa este del río Paraná podría perder entre un 30% y 37% de su stock provincial, poniendo bajo una enorme presión al sector ganadero.
Testimonios de los afectados
Los ganaderos comparten angustiantes testimonios sobre su lucha contra la crecida del agua. Mario Capozzolo, un ganadero de Santa Fe, relató su experiencia, “La mayoría de los isleros están sacando la hacienda… ya la están llevando a la zona de altura en los campos cerca de Reconquista”.
Analía Esperón, de la provincia de Buenos Aires, describió la situación como crítica, especialmente debido a “la no baja de la situación de las aguas por el tema de la sudestada”, mientras que Juan Diego Etchevehere, un productor de Entre Ríos, advirtió sobre la urgencia de la situación en las islas del río Paraná.
Desafíos y complicaciones
Los productores enfrentan una serie de desafíos adicionales, incluyendo la falta de barcazas, la ausencia de campos disponibles y la saturación de los feedlots. El impacto de la reciente sequía ha dejado a los productores sin reservas ni forrajes disponibles, agravando aún más la situación.
Opinión editorial
Esta crisis plantea un importante recordatorio sobre la necesidad de prepararnos para eventos climáticos extremos, y de impulsar políticas agropecuarias que contemplen el cambio climático. Sin duda, la resiliencia y la adaptación deben estar en el centro de la agenda del sector ganadero argentino.