Luchando por la vida tras perder a su familia en la tormenta de Bahía Blanca
Celeste Castillón, quien perdió a su esposo Ariel Baldi y a su hijo Benicio en el trágico derrumbe del club Bahiense del Norte, se está recuperando de sus heridas. Muy pronto, retomará el mando del lavadero de autos que dirigía su marido. ¿Cómo afrontará este desafío?
Tl;dr
- Celeste Castillón sobrevive al derrumbe en Bahía Blanca.
- Su esposo e hijo murieron en el accidente.
- El profesor de su hija Lola la rescató.
- Castillón tomará el negocio de su marido para mantenerse.
Una lucha por la supervivencia
Celeste Castillón, de 36 años, habla con TN tras sobrevivir al derrumbe provocado por el temporal en Bahía Blanca. Aunque todavía lleva las marcas físicas del horror y un dolor indeleble en el alma, su voz suena fuerte y clara.
La tragedia golpea en Bahía Blanca
Ella y su familia se encontraban en el club Bahiense del Norte para ver a Lola, la hija mayor de la pareja, en su presentación de patín artístico. «Compramos las entradas y empezamos a caminar. De repente, vimos entrar un chorro de agua por un costado de la cancha. Eso nos llamó la atención», recuerda Celeste. Un estruendo, seguido de una catástrofe.
El derrumbe de una pared mató a 13 personas, incluyendo a su esposo Ariel Baldi y a su hijo Benicio. Celeste, con lesiones y golpes diversos, fue rescatada y llevada al hospital. «A mí me salvó la vida Feliciano Zamora, el profesor de mi hija. Él me rescató. Me dijo que Lola estaba bien y que a mi marido y a mi hijo los estaban buscando», cuenta Celeste.
La vida después de la tragedia
Celeste ahora se enfoca en la recuperación y la crianza de Lola. También ha decidido tomar las riendas del lavadero de autos Villa Mitre, fundado por Ariel. «Ariel siempre buscó ganarse la vida, salir adelante y procurar que nunca nos faltara nada. Ahora, tengo que darle de comer a mi hija y sé que los clientes me están esperando», dice.
A pesar de la tragedia, Celeste no culpa a nadie. «Fue una catástrofe. Evidentemente, Bahía Blanca no está preparada para este tipo de acontecimientos climáticos», remarca. Y concluye: «Aún si la Justicia dijera lo contrario, para mí no hay nada que pueda reparar el dolor que tengo. El club se portó muy bien conmigo».
Opinión editorial
La historia de Celeste es un testimonio desgarrador de la fragilidad de la vida y la fuerza del espíritu humano. A pesar de la inimaginable pérdida que ha sufrido, ella ha encontrado la determinación para seguir adelante, para criar a su hija y mantener el negocio de su esposo. Es un recordatorio de que, incluso en medio de la adversidad más devastadora, podemos encontrar la resiliencia para seguir adelante.