Golpeado en la cancha y forzado a abandonar: «Tuve que devolver la casa que estaba pagando»

Fue brutalmente agredido en un campo de fútbol y nunca pudo regresar a su carrera de director: se vio obligado a devolver la casa por la que ya había comenzado a hacer pagos.
Tl;dr
- El árbitro Ariel Paniagua fue agredido violentamente durante un partido de fútbol amateur.
- El agresor, Williams Alexander Tapón, se quitó la vida días después.
- Paniagua sufrió un gran impacto emocional, económico y social tras el incidente.
La pesadilla de un árbitro de fútbol
Ariel Paniagua, árbitro de fútbol amateur, sufrió un giro trágico en su vida. En 2023, durante un partido, fue víctima de una agresión violenta por parte de un jugador, Williams Alexander Tapón, quien posteriormente decidió quitarse la vida.
Impacto emocional y social
Este incidente dejó a Paniagua sumido en un profundo sufrimiento emocional y económico. Además, experimentó un rechazo social inesperado. “Siempre traté de ser justo con todos los jugadores, pero ese día, algo cambió. Fue rápido, no me lo esperaba», confesó Ariel.
Tras la agresión, Paniagua denunció a Tapón. Sin embargo, su número de teléfono fue filtrado en las redes sociales, desatando una ola de hostigamiento y amenazas. «Fue algo que no pude manejar, me encerré en casa. Empecé a recibir amenazas, me decían que lo que le había pasado al chico era culpa mía”, rememoró Ariel.
Dificultades económicas
A nivel económico, el impacto fue devastador. Antes del incidente, Ariel dirigía varios partidos a la semana y tenía un buen ingreso. Sin embargo, debido a la repercusión mediática, muchos organizadores de torneos dejaron de contratarlo. «Tuve que devolver la casa que había empezado a pagar. No podía seguir con las cuotas. Fue un golpe durísimo”, confesó Ariel.
Además, su otra fuente de ingresos, como limpiador de vidrios en altura, también se vio afectada. «Vendí mi moto, que tanto me había costado, para poder cubrir los gastos mientras no trabajaba. No pude volver a dirigir”, explicó.
Recuperación y resiliencia
A pesar de las adversidades, Ariel encontró apoyo en algunos colegas y psicólogos. “Gracias a ellos, logré empezar a salir adelante», agradeció. A pesar de las amenazas y el rechazo, Ariel no abandonó su pasión: el fútbol. «Empecé nuevamente a dirigir, de a poco, porque es lo que me gusta, lo que me apasiona”, dijo.
Hoy, Paniagua sigue luchando. “La vida no es fácil. Aprendí mucho de todo esto. Y sobre todo, aprendí que nunca debemos rendirnos», concluyó Ariel.