El novio de la agresora cambia su testimonio: ‘La abracé para proteger a la hija’
Brenda Ávila y su pareja, padrastro de la víctima, solicitaron extender su testimonio, agravando la posición de la acusada, quien ya estaba implicada en otro caso por el homicidio preterintencional de su exsuegra. ¿Cómo se desarrollará este caso?
Tl;dr
- Brenda Nicol Ávila Barrera, detenida por maltratar a su hija.
- La pareja de Brenda cambió su declaración, confirmando el abuso.
- El testimonio y las pruebas médicas llevaron a la imputación de Brenda.
- Ávila, ya bajo investigación por otro delito, fue enviada a prisión.
El viraje en el caso de Brenda Nicol Ávila Barrera
La escena captada en un video que circuló por las redes sociales dejó a todos horrorizados: Brenda Nicol Ávila Barrera, una joven de 19 años, golpeando con un cinturón a su hija de cuatro años. Pero, el caso ha tomado un giro inesperado a raíz de la nueva declaración de su pareja.
La segunda declaración crucial
El joven, quien en un principio afirmó que Brenda solo había intentado «asustar» a la niña, volvió a comparecer ante la Fiscalía para ampliar su declaración. Esta vez, confirmó la paliza que se podía ver en el video. En su testimonio, que fue recogido por el diario El Sol, afirmó que, al escuchar un grito, corrió a la habitación, donde vio a Brenda golpeando a la niña. Asegura que se abalanzó sobre la pequeña para protegerla y logró sacar a Brenda de la casa.
Un cúmulo de pruebas devastadoras
La segunda declaración del joven, junto con los resultados de los peritajes psicológicos y físicos que revelaron «diferentes lesiones en el cuerpo de la niña, coincidentes con una situación de maltrato», llevaron a la imputación de Brenda por los delitos de amenazas agravadas y lesiones agravadas por el vínculo.
Agravando su situación, Brenda ya enfrentaba una causa por homicidio preterintencional, por la muerte de su exsuegra, Laura Natalia Giordano. Por lo tanto, el fiscal a cargo de la investigación, Tabaré Ezcurra, ordenó su traslado a prisión.
Opinión editorial
Este caso nos recuerda, de manera dolorosa, que la violencia no tiene edad ni género. La protección y el cuidado de nuestros niños deben ser prioritarios. Es nuestro deber como sociedad denunciar estos abusos y asegurar que se haga justicia. No podemos permitir que la inocencia sea arrebatada de manera tan brutal.