Descubriendo la receta filosófica para la felicidad
Buscamos la felicidad a diario y a menudo la hallamos en los detalles más diminutos. No obstante, existen dos formas de alcanzarla. ¿Sabes cuáles son?
Tl;dr
- La felicidad es un concepto difícil de definir.
- La psicología distingue entre eudaimonía y hedonismo.
- La eudaimonía se relaciona con el desarrollo personal.
- El hedonismo se asocia con la búsqueda de placer.
¿Qué es la Felicidad?
La felicidad, un término comúnmente mencionado, pero que es difícil de definir. A lo largo de la historia, filósofos y pensadores como Aristóteles y Epicuro han intentado desentrañar este enigma, considerándola como el fin último del hombre y el fundamento de la vida.
La Psicología y la Felicidad
¿Y qué opina la psicología sobre la felicidad? A través de la literatura filosófica y la experimentación científica, la psicología ha identificado que la felicidad puede experimentarse de diversas maneras. Así, mientras algunos encuentran la felicidad en divertirse con amigos o disfrutar de unas vacaciones, otros la encuentran en el esfuerzo, como estudiar una carrera o aprender un idioma. En este sentido, la psicología introduce dos conceptos clave: eudaimonía y hedonismo.
Eudaimonía y Hedonismo
El psicólogo Alejandro Sanfeliciano explica que la eudaimonía se refiere a una felicidad que surge del desarrollo personal, como aprender un idioma, experimentar otras culturas o explorarse a uno mismo. Entre las características de la eudaimonía se incluyen:
- La búsqueda del desarrollo personal.
- La consecución de metas y propósitos.
- El esfuerzo y la motivación.
- La felicidad a largo plazo.
Por otro lado, el hedonismo se refiere a una felicidad más tangible, asociada con el placer y la evitación del dolor. Sus características incluyen:
- La búsqueda de placer.
- La percepción basada en un balance afectivo.
- El mantenimiento de la satisfacción vital.
- La persecución de deseos y necesidades.
- La felicidad a corto plazo.
- La alta intensidad de la emoción.
Opinión editorial
En conclusión, «¿qué es mejor una felicidad hedonista o una felicidad eudaimónica?». Yo diría que ambas son necesarias en nuestras vidas. Equilibrar la búsqueda de placer y el desarrollo personal es esencial para una vida plena. No debemos olvidar nuestra autorrealización a través de la eudaimonía, mientras disfrutamos de los placeres hedónicos que la vida tiene para ofrecer.